La pandemia de Covid-19 ha traído consigo una reevaluación significativa de la vida y el trabajo para muchos individuos, impulsando un movimiento hacia alternativas residenciales distintas a las anteriores. En este contexto, numerosos extranjeros están optando por vivir en pueblos, y la provincia de Málaga se ha destacado como una opción especialmente atractiva para este cambio.
Un informe reciente del portal Idealista resalta el creciente interés de compradores extranjeros por adquirir propiedades en España, incluso en municipios con menos de 5,000 habitantes. A nivel nacional, Benitachell (Alicante) encabeza la lista de lugares con el mayor volumen de búsquedas de viviendas por parte de compradores extranjeros, seguido por municipios en Girona como Begur, Pals y Llançà. El interés extranjero también se hace evidente en localidades malagueñas como Cómpeta.
En un total de 18 pueblos en España, las búsquedas de viviendas por parte de extranjeros superan las de los nacionales. La mayor diferencia se registra en Ponga (Asturias), donde el 69% de las visitas a anuncios de vivienda provienen del extranjero. Le siguen lugares como Cala d’Or (Baleares), Cómpeta (Málaga) y Rubia (Ourense) con altos porcentajes de interés internacional.
Este fenómeno de atracción hacia los pueblos por parte de extranjeros refleja el deseo de un estilo de vida más tranquilo y cercano a la naturaleza, especialmente después de la pandemia. Málaga, con su encanto y belleza, ha emergido como un destino preferido para quienes buscan un cambio de escenario y un refugio lejos de la agitación de las ciudades.