En Betlem, un hombre de 50 años, que circulaba en bicicleta, sufrió un infarto que le arrebató la vida. A pesar de los esfuerzos de los equipos médicos que se desplazaron rápidamente al lugar, la muerte del ciclista fue inevitable
El suceso tuvo lugar a las 12:45 horas, cuando varios testigos atónitos alertaron a los servicios de emergencia sobre un ciclista que, mientras pedaleaba en una zona costera, se desplomó repentinamente, cayendo al suelo y dejando de respirar.
Una ambulancia medicalizada y otra básica del servicio de emergencias 061 se movilizaron de inmediato. Los paramédicos lucharon, llevando a cabo maniobras de reanimación durante un prolongado período de tiempo. Sin embargo, a pesar de su esfuerzo, no lograron recuperar al deportista.
La gravedad de la situación también llevó a la movilización de un helicóptero de la Guardia Civil, que respondió a la urgencia con prontitud.
Este suceso sirve como recordatorio de la fragilidad de la vida y la importancia de contar con una atención médica rápida y eficiente en situaciones de emergencia.