Es con profundo pesar que recordamos a Amparo Gómez, una persona de inmenso corazón y un espíritu altruista que siempre buscó ser recordada por su bondad y su dedicación a ayudar a los demás. Su partida deja un vacío en Almassora, ya que fue una persona que se entregó incansablemente al servicio de los más vulnerables.
Durante sus 50 años al frente de la Pía Unión de San Antonio de Padua, Amparo demostró una caridad cristiana inquebrantable. Su labor consistía en brindar donaciones de alimentos, ropa, material escolar y artículos para bebés a aquellos que tenían menos recursos. Su compromiso y su entrega a esta causa eran ejemplares, y su ayuda no se limitaba solo a la donación de bienes materiales, sino que también estaba dispuesta a brindar apoyo económico de su propio bolsillo cuando alguien necesitaba ayuda urgente y ella podía ofrecer una solución o consuelo.
Amparo Gómez será recordada no solo por su dedicación a la Pía Unión de San Antonio de Padua, sino también por su generosidad, compasión y su inquebrantable deseo de hacer del mundo un lugar mejor para aquellos que más lo necesitan. Su legado de amor y servicio perdurará en la memoria de quienes la conocieron y serán una fuente de inspiración para futuras generaciones. Descanse en paz, Amparo, y gracias por ser un faro de luz y esperanza en nuestra comunidad.
- Te recomendamos -
